domingo, 29 de marzo de 2020

Cobalto, el otro coltán.

El coltán y el cobalto tienen mucho en común. Ambos son relativamente escasos, indispensables en la fabricación de muchos de los dispositivos electrónicos que utilizamos habitualmente, y se extraen en condiciones muy discutibles. Sin embargo, el cobalto ha llamado menos la atención a los medios de comunicación que el coltán. Al menos, hasta ahora. A pesar de que ambas industrias están caracterizadas por la misma opacidad. Y la misma inestabilidad.
El presente y el futuro no solo del mercado de la electrónica de consumo, sino también del coche eléctrico, están íntimamente ligados a la disponibilidad de cobalto. Y en estas circunstancias no es necesario esforzarse lo más mínimo para intuir que las empresas que compiten en estos mercados tienen puestos sus ojos sobre las reservas de este metal tan codiciado. Esta es la historia de una de las materias primas que contribuyen a que nuestra vida sea como es actualmente.

Cobalto: qué es y para qué sirve

Lo primero que nos interesa saber es que el cobalto es un metal ferromagnético, y que, por tanto, tiene unas propiedades magnéticas similares a las del hierro. De hecho, si echamos un vistazo a la tabla periódica de elementos veremos que está colocado entre el hierro y el níquel, y esto significa que la estructura atómica, y, por tanto, las propiedades químicas de estos elementos, son similares. Tanto es así que un átomo de cobalto tiene solo un protón más en el núcleo, y también un electrón más orbitando en torno a este, que el hierro.
El cobalto es un metal ferromagnético con unas propiedades químicas similares a las del hierro y el níquel
El vínculo que existe entre estos elementos va más allá de su estructura atómica y sus propiedades químicas. De hecho, el cobalto suele encontrarse junto al níquel, aunque es menos abundante que este último (se estima que en la corteza terrestre hay un 0,02% de níquel frente a solo un 0,001% de cobalto). Pero lo realmente interesante es que tanto el cobalto como las aleaciones en las que interviene son muy resistentes al desgaste y la corrosión, incluso cuando son sometidos a temperaturas muy altas.
Cobaltita
Además, su dureza y su resistencia a la tensión son muy similares a las del hierro y el níquel, lo que lo hace idóneo para intervenir en aleaciones que se usan en maquinaria industrial. Curiosamente, el cobalto también forma parte de la cobalamina, que no es otra cosa que la vitamina B12, por lo que también es esencial que esté presente, en pequeñas cantidades, en el organismo de todos los animales, incluidos nosotros, los seres humanos.
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