Se acerca el nuevo año y aunque la mayoría de los españoles celebrarán su entrada con las tradicionales doce uvas puede que doce lentejas fueran más adecuadas. 2016 ha sido declarado el Año Internacional de las Legumbres por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Ricos en proteínas y minerales, estos cultivos no solo contribuyen a cuidar la salud de las personas, sino también la del medio ambiente. Sus características, entre las que se incluyen una huella reducida de desperdicio alimentario y la mejora de la fertilidad de los suelos, han hecho que lentejas, frijoles y otros cientos de legumbres sean merecedoras de este honor.
Con su mención, la ONU pretende concienciar de la importancia de las leguminosas, que forman parte de nuestra dieta desde hace siglos y son indispensables para las comunidades vulnerables de países en desarrollo.
Además, en un momento en el que la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una prioridad, las legumbres pueden ser uno de nuestros mayores aliados. Su capacidad de fijar el nitrógeno biológicamente y su diversidad genética que permite sembrar variedades mejoradas contribuyen al desarrollo de una agricultura sostenible.
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