Ninguna ciencia, en cuanto a ciencia, engaña; el engaño está en quien no sabe. (Miguel de Cervantes)
jueves, 21 de enero de 2021
Las científicas del coronavirus, episodio 6: salud pública
martes, 19 de enero de 2021
Las científicas del coronavirus, episodio 5: modelos
Clara Prats: “El día más dramático llegó cuando una de las muertes era la de un amigo”
La Comisión Europea le encargó un análisis diario con predicciones a corto plazo de la pandemia: “Lo que estábamos haciendo servía para una decisión que se iba a tomar mañana o pasado. Fue un cambio brutal”
En la tele con el niño
Los datos sobre la pandemia han eclipsado la información diaria. Al inicio los números disponibles eran los positivos confirmados, las hospitalizaciones, los ingresos en las UCIs y los fallecidos. Pero, poco a poco, los números se fueron perfeccionando con otros indicadores como la velocidad de contagio o el riesgo de rebrote, este último desarrollado por el grupo BIOCOM-SC. Al ser la coordinadora del grupo de coronavirus, Clara ha aparecido en numerosas entrevistas. Sus intervenciones en medios de comunicación han roto las estadísticas que daban una mayor presencia mediática a los expertos: tres hombres por cada mujer.“Creo que los niños y niñas han sido los grandes olvidados. Estuvimos encerrados en casa y pretendíamos teletrabajar con ellos. Yo creo que no se merecían lo que les ha tocado, aunque no había alternativa”
Tragedia tras las cifras
Sobre la conciliación de la vida profesional y familiar, Clara se considera afortunada: “Algunos miembros del grupo tenemos hijos, algunos no tienen, algunos los tienen mayores ya, y eso también ha determinado un poquito el horario de trabajo, cuándo podíamos estar y cuándo no podíamos estar. Y entre todos nos hemos ido cubriendo como hemos podido. En ese sentido nos hemos apoyado todos mucho –alaba continuamente a su equipo–. Nos hemos ido adaptando. En eso, tengo muchísima suerte”, asegura.“El ritmo de trabajo me salvó de darme cuenta de la magnitud de la tragedia”
domingo, 17 de enero de 2021
Las científicas del coronavirus, episodio 4: tratamientos
Núria Montserrat: “Nuestro trabajo científico nunca había sido útil en un tiempo tan corto”
“Yo estaba con el corazón partido. En casa tenía muchas preocupaciones pero en el laboratorio las noticias eran muy buenas”
Organoides para una enfermedad sin fármacos
La investigación en la que participa Núria Montserrat forma parte de un consorcio internacional que se gestó a mediados de febrero en un congreso sobre bioingeniería, la disciplina científica que permite diseñar los riñones en miniatura. El tema de conversación en los pasillos de la conferencia, organizada por el IBEC y la sede en Barcelona del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés), no eran los miniórganos: “Todo el mundo ya estaba muy pendiente de lo que pasaba con el coronavirus, que todavía no había llegado con fuerza a Europa”. Justo aquel día la Organización Mundial de la Salud (OMS) bautizó la enfermedad con el nombre de la covid-19 y todavía no había declarado la pandemia de coronavirus.En Barcelona, su equipo de investigadoras diseñaba miniriñones que enviaba a Estocolmo, donde los infectaban con el virus de un paciente diagnosticado en enero
Minirriñones que vuelan solos en pleno estado de alarma
Más allá del reto científico, en pleno confinamiento uno de los desafíos de la investigación fue mandar los miniriñones en avión desde Barcelona a Estocolmo. Durante las semanas más duras de la pandemia no había conexión aérea directa entre España y Suecia, por eso los minirriñones tenían que volar vía Alemania.“Hubo semanas muy negras en las que los minirriñones se quedaron en el aeropuerto de Frankfurt y pasamos muchos nervios”
Análisis Dafo Googel keep
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Debilidades
- Algunas
limitaciones para PC que no encontramos en la versión para dispositivos
móviles.
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No permite dar formato al texto para destacar determinados elementos
de las notas.
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Las imágenes que permite incluir solo se pueden incluir en la
cabecera por lo que no pueden ilustrar las notas en el contenido.
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Errores ocasionales de sincronización (especialmente para las
notas escritas a mano).
· Fortalezas
· Permiten compartir las notas con distintas personas por lo que se convierte en una aplicación colaborativa.
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Permite clasificar las notas según temas.
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Permite asociar los temas con distintos colores.
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Las notas se pueden anclar o clasificar permitiendo así que
estén a la vista o no.
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La posibilidad de ponerle alarmas tanto de hora como de
ubicación hace que se pueda utilizar como recordatorio.
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Admite la grabación de texto por lo que se pueden almacenar
notas con la voz.
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Podemos dibujar o marcar sobre la nota.
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Posibilidad de reunir notas, dibujos, recortes de pantalla y
comentarios de audio de las personas
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Guarda los datos
automáticamente a medida que la persona usuaria realiza modificaciones en su archivo.
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-Posibilidad de resaltar las notas o recordatorios con las
etiquetas Importantes y Tareas pendientes.
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Amenazas
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Evernote,
que sí permite utilizar webcam en la versión web.
- · Existen muchas aplicaciones de notas similares: Outline, Evernote, Simplenote, One Note, Wunderlist, o, Memonic.
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Oportunidades
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Sincronización
con otras herramientas de Google
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Puede llegar a ser una aplicación de notas que cubra un campo
mucho mayor
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Que se use a través de su app, pues actualmente las personas
trabajan mucho desde el móvil.
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Su posible uso en la educación, como herramienta de trabajo del
estudiantado.
El genially en este dirección
https://view.genial.ly/6003f97b9680a90d013320ad/horizontal-infographic-review-genially-sin-titulo
viernes, 15 de enero de 2021
Las científicas del coronavirus, episodio 3: test
Laura Lechuga: “Si se hubiera apostado por tecnologías rápidas de detección, no estaríamos así”
Laura Lechuga propuso a la Unión Europea un test de detección rápido, portátil, barato y fiable: “Nos repartimos el trabajo entre cuatro compañeras. Escribimos el proyecto en menos de ocho días”, recuerda
Los murciélagos, embrión del proyecto
La génesis del proyecto CoNVat es anterior a la del nuevo coronavirus, aunque ambos compartan, seguramente, el mismo origen: los murciélagos. El profesor de la Universidad de Barcelona (UB) Jordi Serra-Cobo, investigador en el Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio), hace treinta años que se dedica a la vigilancia epidemiológica. Se trata de un trabajo tedioso, ya que debe transportar muestras de murciélagos y roedores, que son los reservorios animales de estos virus, hasta el laboratorio para analizarlas y hacer un seguimiento de estos patógenos. “Jordi siempre me decía: ‘Un día estos coronavirus nos van a dar un susto’. Tú fíjate”, recuerda Laura sobre sus primeras conversaciones con Serra-Cobo, en las que el investigador quería convencerla para diseñar un biosensor que le evitase cargar con las muestras. “En aquel momento, ¿a quién le interesaban los murciélagos y la vigilancia y el seguimiento de los virus?”, explica Lechuga sobre la falta de convocatorias para conseguir financiación.El primer año del proyecto harán medidas con muestras de pacientes de la covid-19 para poner a punto el detector. Al año siguiente, lo volverán a probar con muestras de animales que transportan virus, como los murciélagos
miércoles, 13 de enero de 2021
Las científicas del coronavirus, episodio 2: vacunas
sabel Sola: “A veces siento decepción por no poder dar una vacuna de forma inmediata”
Con 25 años de experiencia a sus espaldas, Isabel Sola es una de las personas en España que más saben de los coronavirus y sus vacunas. Desde enero, en su laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Sola y su equipo están desarrollando su propia vacuna contra la covid-19. En el segundo capítulo de la audioserie la experta habla sobre las esperanzas, las reticencias y el ‘vacunacionalismo’ de algunos líderes.
Isabel Sola en su laboratorio en febrero de 2020, antes de que se declarase la pandemia. / Álvaro Muñoz, SINC
Las vacunas contra la covid-19 son la gran esperanza de esta pandemia. Millones de personas tienen puesta la atención en que aparezca un antídoto que nos permita recuperar la normalidad, entre ellas, la madre de la viróloga Isabel Sola (San Adrián, Navarra, 1967). “Y no se la puedes dar de forma inmediata, porque no es posible, entonces a veces tienes esa sensación de cierta decepción aun sabiendo que estás haciendo todo lo posible”, explica desde el Centro Nacional de Biotecnología (CNB–CSIC).
Después de 25 años de investigación en coronavirus, ella es una de las personas en España que más sabe sobre estos patógenos, aunque parece que la afirmación le incomode: “Podemos saber quizás algo más de coronavirus, pero lo cierto es que en estos momentos casi cualquier persona de la sociedad ha recibido un curso acelerado”. Su discurso es humilde, pausado y muy divulgativo. “Siempre me he preguntado por qué… cómo funcionaban las cosas”, asegura sobre su curiosidad.
El laboratorio de Sola, que codirige junto al virólogo español Luis Enjuanes, es uno de los tres equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que están desarrollando vacunas contra la covid-19. En su caso, cuentan con la experiencia de haber diseñado prototipos de vacunas contra anteriores coronavirus, como el SARS y el MERS, pero aquellas candidatas se quedaron en un cajón: “Desapareció el peligro inminente y con todo eso también la financiación”.
“No somos conscientes de que los coronavirus tienen la capacidad de volver a emerger. No el mismo necesariamente, sino otro, con otras propiedades particulares, pero que va a compartir muchas cosas que ya conocemos”
Pero Sola va más allá y es crítica con esta mirada cortoplacista de la inversión en ciencia: “No somos conscientes de que los coronavirus son virus emergentes con potencial pandémico y tienen la capacidad de volver a emerger. No el mismo necesariamente, sino otro, con otras propiedades particulares, pero que va a compartir muchas cosas que ya conocemos, precisamente por pertenecer a esa familia”.
La investigación y el conocimiento previos en anteriores coronavirus les da ahora cierta ventaja. El virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad de la covid-19, es idéntico en un 80 % al SARS-1, que emergió en 2002 en China. Pero Sola subraya que hay un 20 % de su secuencia que lo hace diferente y singular: “A diferencia de los otros coronavirus, tiene un espectro muy amplio de severidad y hay casos que son muy poco sintomáticos, muy leves, y otros que son muy severos y llevan a la muerte”.
Decenas de candidatas contra una sola enfermedad
En el mundo hay unas 200 candidatas a vacunas, según el rastreador de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Isabel considera esta diversidad “enriquecedora”, siempre y cuando se diversifique “con cierto sentido común”. Por eso defiende que se apoyen distintos proyectos a la vez.
Según explica Sola, si visualizamos la búsqueda de vacunas como un ataque frente al enemigo, una diversidad de enfoques nos permite atacarlo desde distintos flancos. “Algunos de ellos quizás no sean eficaces, otros sí lo serán, o incluso dentro de los que sean eficaces y sean seguros, cada uno puede serlo para un determinado grupo de población”, asegura.
Si visualizamos la búsqueda de vacunas como un ataque frente al enemigo, lo mejor es atacarlo desde distintos flancos. “Algunos de ellos quizás no sean eficaces, otros sí lo serán, o incluso cada uno puede serlo para un determinado grupo de población”
De entre las decenas de candidatas a vacuna, hay cuatro grandes maneras de conseguirlas.
La aproximación más clásica es el diseño a partir del virus entero, como la vacuna de la gripe o la del sarampión.
Otra opción es hacerlo a partir de otros virus que hagan de vehículo del material genético del SARS-CoV-2, como el proyecto del grupo de Mariano Esteban del CNB-CSIC o la de la Universidad de Oxford y la farmacéutica estadounidense AstraZeneca, que lo están probando a través de un adenovirus de chimpancé.
Las otras dos fórmulas consisten en diseñarlas, por un lado, a partir de sus proteínas o, por otro, de su material genético, la opción de Moderna, Pfizer y el laboratorio de Isabel Sola y Luis Enjuanes.
El prototipo del grupo coliderado por Sola es una versión simplificada y atenuada del SARS-CoV-2 que han conseguido gracias a una técnica de edición genética que se inventaron en su laboratorio hace veinte años para eliminar todos los elementos dañinos del virus y solo contar con los componentes imprescindibles para preparar la respuesta inmunitaria. Según la viróloga, dos de las ventajas de su candidata son que solo necesita una dosis y ofrece una respuesta más completa y duradera.
Este es el proceso que se sigue en el laboratorio de Sola y Enjuanes para el desarrollo de la vacuna. Infografía: José Antonio Peñas, SINC.
Esta carrera por las vacunas ha alimentado el populismo de líderes políticos, como Donald Trump o Vladimir Putin, hasta tal punto que incluso la OMS lanzó una voz de alarma ante el preocupante auge de nacionalismos. “El virus no entiende de fronteras ni de ideologías. Entender la protección como algo reducido a mi pequeña nación… ¡Esto es una pandemia! Y una pandemia afecta a todo el mundo”, exclama Sola.
“El virus no entiende de fronteras ni de ideologías. Entender la protección como algo reducido a mi pequeña nación… ¡Esto es una pandemia! Y una pandemia afecta a todo el mundo”
Otra de las problemáticas de esta crisis sanitaria son las reticencias a las vacunas provocadas, entre otros, por la rapidez del proceso, el secretismo en el desarrollo de algunas candidatas y las teorías de la conspiración alimentadas por los antivacunas. “Si no confiamos en una vacuna, ¿cuál es la alternativa? ¿Continuar viviendo como lo estamos haciendo ahora?”, se pregunta.
En su casa, sus hijos sufren por ella: “Tienes que tener cuidado, tú tienes factores de riesgo”, le dicen. La líder del laboratorio tiene bronquiectasias en el pulmón, pero lleva una vida completamente normal. “Ante una infección respiratoria, eres consciente de que te tienes que cuidar”, asegura, aunque confiesa que no suele pensar en la enfermedad por ella, sino por los que la rodean. “Mis hijos todavía no han 'volado', no tienen autonomía y ves que todavía eres, quizás, necesaria para ellos”, se sincera.
Las vacunas son la mejor estrategia para contener cualquier enfermedad infecciosa e impedir los contagios, pero su desarrollo requiere años de investigación. La que más rápido se diseñó fue la del ébola, en tan solo un lustro, pero la del VIH todavía no se ha conseguido. La viróloga es consciente de ello: “Esto es una carrera de fondo, no es algo que consigas en un par de meses, si te esfuerzas mucho. El desarrollo de una vacuna es algo mucho más costoso”.