El Premio Nobel de Química 2022 ha
recaído en los investigadores K. Barry Sharpless del
instituto Scripps Research (EE UU); Morten Meldal de
la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y Carolyn R. Bertozzi de
la Universidad de Stanford (EE UU) "por el desarrollo de la ‘química clic’
y la química bioortogonal", según ha anunciado hoy la Real Academia Sueca
de las Ciencias.
El Nobel de Química de este años
reconoce trabajos que simplifican procesos difíciles. Sharpless y Meldal han
sentado las bases de una forma funcional de química —la llamada química clic— en la que
los bloques de construcción molecular se unen de forma rápida y eficaz. Por su
parte, Carolyn Bertozzi ha llevado esta química a una nueva dimensión y ha
empezado a utilizarla en organismos vivos.
Desde hace mucho tiempo, los químicos
y químicas se esfuerzan en construir moléculas cada vez más complicadas. En la
investigación farmacéutica, por ejemplo, esto supone a menudo recrear
artificialmente las que hay en la naturaleza, como las que tienen propiedades
medicinales. El resultado son muchas construcciones moleculares relevantes,
pero su producción suele llevar mucho tiempo y ser muy costosa.
"El Premio de Química de este año
trata sobre no complicar demasiado las cosas, sino de trabajar con lo que es
fácil y sencillo. Las moléculas funcionales pueden construirse incluso
siguiendo un camino sencillo", afirma Johan Åqvist,
presidente del Comité Nobel de Química.
Una 'química clic', más sencilla y
funcional, es con la que trabajan los premiados con el Nobel de Química de este
año. / © Johan Jarnestad/The Royal Swedish Academy of Sciences
Karl Barry Sharpless (Filadelfia-EE UU, 1941), que en
2001 ya recibió otro Premio Nobel de Química, fue el que empezó a 'rodar la
pelota'. Alrededor del año 2000, acuñó el concepto de química clic como
una forma de química sencilla y fiable, en la que las reacciones se producen
rápidamente y se evitan los subproductos no deseados.
La joya
de la corona de la química clic
Poco después, él y Morten Meldal (Dinamarca,
1954) —de forma independiente el uno del otro— presentaron lo que ahora es
la joya de la corona de
la química clic: la cicloadición de azidas a
alcalinos catalizada por cobre. Se trata de una reacción
química elegante y eficaz que se ha generalizado en los últimos años.
Una reacción clic que cambió la
química: la cicloadición de azidas a alcalinos catalizada por cobre. / Nobel
Prize
Entre otros muchos usos, se emplea en el desarrollo de
productos farmacéuticos, para mapear el ADN y en la creación de nuevos
materiales asociados a estos procesos.
Carolyn Bertozzi (Boston-EE UU, 1966) llevó esta
química clic a un nuevo nivel. Para cartografiar biomoléculas importantes pero
muy esquivas en la superficie de las células, los glicanos, desarrolló
reacciones de este tipo que funcionan dentro de los organismos vivos.
En concreto, reacciones bioortogonales,
que tienen lugar sin alterar la química normal de la célula. Ahora se utilizan
en todo el mundo en la exploración celular y para seguir los procesos
biológicos. Gracias a estas reacciones, se ha logrado mejorar la especificidad
de los fármacos contra el cáncer, que
ahora se están probando en ensayos clínicos.
La química clic y las reacciones
bioortogonales han llevado a la química a la era del funcionalismo.
Esto está aportando un mayor beneficio para la humanidad, según el comité
Nobel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario