Los científicos ya habían observado regiones donde se expande la corteza helada de Europa, una de las lunas de Júpiter. Ahora investigadores de las universidades de Idaho y Johns Hopkins (EE UU) han detectado por primera vez zonas de subducción, es decir, áreas donde la vieja corteza se adentra hacia abajo para destruirse y dejar hueco a la nueva. Se trata de los primeros signos de tectónica de placas fuera de la Tierra, donde esta teoría explica los movimientos de los bloques sobre su superficie y la dinámica de montañas, volcanes y terremotos.
En la imagen se ilustra cómo se supone ocurre el proceso de subducción, donde una placa externa de hielo, de entre 20 y 30 kilómetros de espesor, se adentra en la corteza interior más caliente hasta diluirse. En la placa superior se producen bandas plegadas y emergen ‘criolavas’ por procesos de erupción. Las fotografías reales que han servido de base para estos análisis fueron tomadas a comienzos de la década de los 2000 por el satélite Galileo de la NASA.
“Si tiene un sistema global de tectónica de placas, Europa puede ser más parecida a la Tierra de lo que imaginamos", dice Simon Kattenhorn, uno de los autores, que subraya: "Este descubrimiento no solo la convierte en uno de los cuerpos geológicamente más interesantes del sistema solar, sino que también implica una comunicación bidireccional entre su exterior y el interior, una forma de mover material desde la superficie al océano (interno), un proceso con importantes implicaciones en el potencial de Europa como un posible mundo habitable”.
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