Leonardo Torres Quevedo nació el 28 de diciembre de 1852 en Santa Cruz de Iguña, Molledo (Cantabria). Sus padres eran Luis Torres de Vildósola y Urquijo, Ingeniero de Caminos y natural de Bilbao, y Valentina Quevedo de la Maza. Su padre era ingeniero de Caminos, y cuando nació Leonardo trabajaba en la línea del Ferrocarril de Isabel II que uniría Santander y Alar del Rey, y que pasaba precisamente por Molledo.
Su abuelo paterno, José Luis Torres Vildósola, había nacido en el Presidio de Fronteras, en México. Se instaló en Bilbao hacia 1810. La abuela paterna, Cayetana Mª de Urquijo, era natural de Bilbao. A José Luis Torres Vildosola se le atribuye la creación de la primera Sociedad Filarmónica de Bilbao, y el músico Arriaga le dedicó sus primeras composiciones.
El padre y los tíos de Leonardo se relacionaron con los linajes tradicionales de Bilbao, con quienes ya estaban emparentados los Vildósola del País Vasco: familias Gardoqui, Mazarredo, Urquijo,Gaminde, Gortázar, Munibe, Ybarra, Pery, Barrenechea, etc ...
Aunque Leonardo nació en Santa Cruz de Iguña (Cantabria), su familia residía habitualmente en Bilbao, donde nació su hermano Luis en 1856. En aquellos años tenían su domicilio en la Calle Pelota número 1. Posiblemente por los desplazamientos laborales de su padre en algunas etapas de su niñez vivía con familiares o amigos de su familia. Sabemos que estudió el bachillerato en Bilbao en el Instituto de Enseñanzas Medias [1], y que hasta cumplir los 16 años vivía en casa de las señoritas Barrenechea, Concepción y Pilar. La última de estas hermanas, Pilar Barrenechea, legó toda su fortuna a Leonardo nombrándole heredero único y universal.
Cuando fallece Pilar Barrenechea en 1868, Leonardo marcha a París a completar estudios durante 2 años (1868-69 y 1869-70) con los Hermanos de la Doctrina Cristiana. Allí coincidió por vez primera con Valentín Gorbeña, su amigo del alma, con quien compartiría después los estudios en de Ingeniero de Caminos en Madrid, y numerosos proyectos empresariales. Por traslado del padre, en 1870 su familia se instala en Madrid. Pero Leonardo se queda un año en Bilbao a su vuelta de París. Ya es titular de una cuantiosa herencia que le permitirá dedicarse a su profesión de inventor sin preocupaciones económicas. Desconocemos el importe exacto de la misma, pero en un documento se dice de doña Pilar que era “persona acaudaladísima, que dejó en propiedad y en dinero muchos millones de reales”.
Leonardo ingresa en 1871 en la Escuela Oficial del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, donde su padre es ya profesor. Pero suspende sus estudios para volver a Bilbao en 1873. Durante el asedio carlista participa en la defensa de Bilbao incorporándose al batallón de los Auxiliares, una milicia popular formada por voluntarios liberales.
De vuelta a Madrid finalizará sus estudios en 1876 siendo el cuarto de su promoción. Comienza a ejercer su carrera en la misma empresa de ferrocarriles en la que trabajaba su padre, pero emprende enseguida un largo viaje por Europa para conocer de primera mano los avances científicos y técnicos. Le interesa sobre todo el tema de la electricidad.
De regreso a España se instala en Santander donde él mismo sufragará sus trabajos e inicia una actividad de estudio e investigación que no abandonará. En 1885, ya con 33 años de edad,se casa con Luz Polanco y Navarro. De este matrimonio nacen ocho hijos, alguno de ellos en Bilbao. Fruto de sus investigaciones en estos años aparecerá su primer trabajo científico en 1893, cuando ya tiene más de 40 años de edad.
En 1899 se instala en Madrid participando de su vida cultural. De las labores que en estos años llevaba a cabo en el Ateneo se creará en 1901 el Laboratorio de Mecánica Aplicada, más tarde de Automática, del que será nombrado director; el Laboratorio se dedicará a la fabricación de instrumentación científica. Ese mismo año ingresa en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, entidad de la que fue presidente en 1910. Entre los trabajos del Laboratorio caben destacar el cinematógrafo de Gonzalo Brañas, el espectrógrafo de rayos X de Cabrera y Costa, el micrótomo y panmicrótomo de Santiago Ramón y Cajal.
En 1916 el rey Alfonso XIII le impone la Medalla Echegaray; en 1918 rechaza el cargo de ministro de Fomento. En 1920 ingresa en la Real Academia Española, en el sillón que había ocupado Pérez Galdós, y pasa a ser miembro de las sección de Mecánica de la Academia de Ciencias de París. En 1922 la Sorbona le nombra Doctor Honoris Causa.
Es tal su prestigio en Francia, que en junio de 1927 la Academia de Ciencias de París le elige como uno de los doce miembros "Asociados Extranjeros" con 36 sufragios. Sus rivales obtienen escasos apoyos: Ernest Rutherford, 4 votos; Ramón y Cajal, 2 votos. Leonardo Torres Quevedo muere en Madrid, en plena Guerra Civil el 18 de diciembre de 1936, le faltaban 10 días para cumplir 84 años.
En el año 2006, 70 años después de su fallecimiento, Torres Quevedo vuelve a obtener reconocimiento internacional. El IEEE incluye en el programa Milestones (hitos de la historia de la ingeniería) uno de sus inventos, por ahora el primero y único registrado en España. Se trata del Telekino, un sistema de mando a distancia por ondas hertzianas presentado en sociedad 100 años antes en el Abra de Bilbao.
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