Tiene una característica que lo hace especial y es su capacidad de regenerar sus órganos y tejidos.
Los años de investigación han puesto de manifiesto un sorprendente parecido en la mayoría de sus procesos biológicos fundamentales. Entre las semejanzas están el tipo de proteínas utilizadas para construir las diferentes partes del cuerpo, los mecanismos empleados para producir un organismo adulto, así como los procesos que marcan su envejecimiento y muerte. Por esta razón se puede asegurar que, en este contexto biológico, lo que es cierto para la mosca del vinagre lo es también para el ser humano.
Es especialmente apreciado por su homología genética con el hombre (compartimos con estos peces más del 80% del genoma)
que permite que los resultados obtenidos de los fármacos probados en
estos animales sean potencialmente extrapolables al ser humano.
Sus embriones son transparentes, algo que hace posible observar los efectos de estos medicamentos en sus órganos internos en formación.
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